La inserción del arte en las dinámicas económicas
trae grandes ventajas para los que dedican su vida a él. El desarrollo
sostenible de una sociedad debe integrar a todos los individuos que la conforman
incluyendo a los artistas. El quehacer artístico es entonces reconocido no
solamente como algo necesario sino como parte esencial de las actividades
humanas. Es por esto que aparecen instituciones educativas como La Escuela de
Artes Débora Arango, las cuales son conscientes de la importancia de los
artistas en una sociedad y de las condiciones dignas de vida que como todo miembro
de la sociedad se merecen. El gobierno colombiano también es consciente de la
importancia del sector cultural para el desarrollo sostenible y por eso ha
venido desarrollando políticas públicas para dicho sector. Esto lo podemos
entender debido a que el Estado colombiano es un Estado Social de Derecho que
no ve a sus individuos solamente como seres con necesidades biológicas sino también
con necesidades humanes como lo es la libre expresión artística.
Es muy positivo para una sociedad que los artistas
puedan desarrollar su arte bajo condiciones de vida digna, y los esfuerzos
tanto del estado como de las instituciones para apoyar deben ser celebrados por
la sociedad. Sin embargo, estos apoyos deben ser de una manera desinteresada.
Es decir, el artista no debería verse obligado a responder a ciertos canones de
belleza, ni a favorecer a determinado sector político o económico. El arte debe
ser libre en su expresión. Ya es suficiente el hecho de que el arte tenga que vérselas
con las lógicas de la producción capitalista y que en ocasiones los que se
dicen artistas no desarrollen sus productos de manera libre sino respondiendo a
lógicas del mercado. El problema del apoyo estatal al arte es que para que el
arte sea apoyado primero debe coincidir con la definición de lo que es arte y
lo que no según el mismo Estado. Esta definición debe estar desligada de toda
ideología política, y deben ser autoridades imparciales y que pertenezcan al
mundo del arte los que cualifiquen las propuestas que serán apoyadas por el
dinero que el Estado destina a ello.
Muy cierto, la lucha que tenemos por delante por la reivindicación de la dignidad y derechos de los artistas, del arte misma, es bastante ardua. Sin embargo, vale la pena hacerla como mejor sabemos, en el ejercicio de nuestra bello oficio.
ResponderEliminarQue gran blog, tiene mucha razón en cuanto a la necesidad que tenemos de convertir el arte en parte fundamental de la sociedad
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